jueves, 2 de abril de 2015

ABEL ROZAS ARAGÓN :ECOS DE LA MISSA ANDINA DE NÚÑEZ ALLAUCA

Mis muy queridos todos:
He pedido permiso al maestro Abel Rozas y Aragón, cusqueño ilustre, limeño por adopción de sus amigos, y cosmopolita por decisión, para publicar esta alborozada crónica que nos llega de su inquieta pluma,  inundándonos con sus percepciones tanto estéticas como afectivas, sobre la Missa Andina.
Esto es lo sorprendente  de las comunicaciones hoy. Poder vivir con intensidad una experiencia musical a través de un alma de calificada opinión y mejor formación; y telúrico como él solo.

No se qué pensar de su alusión a la conversión. Se referirá sólo la obra?  Mmm...estamos ya en Jueves Santo ... todo puede pasar.
No demoro más. Puede perderse algo del calor con que llegó la misiva.
Saludos !

El 1 de abril de 2015, 23:18, Abel Rozas Aragón  escribió:
ESTIMADÍSIMA MAESTRA ´PILARICA:
Exactamente llega su correo -o lo leo yo- cuando todavía tengo la imagen sonora de la Misa Andna en el oído i claro está en el corazón. Anoche estuve en la Catedral de este Qosqo sincrético junto a unas 500 personas, más o menos, tratando de darle el marco apropiado a tan memorable acontecimiento como fue la presentación del Coro Nacional, en sus 50 años, i la sinfonietta del Cusco (en gran parte conformada por musicantes cusquenses), más solistas i ese buen i correcto director Matteo Pagliari.

Claro está que, al margen aún de lo propiamente musical, sobrecoge mucho el recinto donde estábamos, de piedra (del Saysaywaman derruido), de tres naves, con altar mayor de plata i bóvedas latas impresionantes, más la mirada severa de vírgenes i santos de la Escuela Cusqueña. Lo apropiado para escuchar música tonal, sí, i más aún con cierto sabor andino por la trama pentafónica que se dejaba traslucir en medio de aquel contrapunto europeo que nos resumía lo que somos sobre todo los qosqorunas: amalgama de dos culturas, pero siempre sobre base andina, americana, inca... Quizás siempre habrá problemas de acústica en lugares así, pero también es la atmósfera la que interesa.
Me gustó -pensando en voz de pecho- la sonoridad de todo el ensamble, aunque quizás, ante la imponente i riquísima sonoridad del coro, la orquesta se mantuvo en un modesto segundo  plano. Gran fiato vocal i mucha personalidad de los solistas. Difícil rol de Zavalaga.

Qué más decir: que la actitud del numeroso público fue de respeto, admiración i hasta recogimiento. Nos pidieron guardar el mayor silencio en todo el desarrollo del concierto -como corresponde por ser una obra única de muchas partes- pues dizque hacían una grabación profesional en vivo para editar un disco que ojalá los dioses de todos los olimpos lo quieran. Otra cosa será escuchar la misa  ensimismados, lejos del mundanal ruido, para acogerse al gran sentimiento andino de la misa que yo lo sentí a flor de oído: ¡latín con pentafonía!

Algo más: como preámbulo se rindió homenaje justo i sincero al Coro Nacional i también al autor en persona de su hermana (estudió en el Conservatorio i Contrapunto con el Mto. Edgar?)

I allí se me vino de sopetón un grato recuerdo de don Alejandro Núñez Allauca. mucho más antes de bajar de mi sierrrra a vuestra costa: lo conocía por un LP que no sé cómo ni cuándo cayó en mis manos i  en cuya portada aparecía un joven, de mirada inquisidora, con un acordeón en ristre, más este epígrafe rotundo: "El primer acordeonista del Perú".
Era de música popular peruana, incluyendo Machu Picchu, que creo haber escuchado ser su creación. No lo dice. Allí nació mi admiración al maestro de quien muchas cosas me contó nuestro siempre recordado Mto. Valcárcel... Ah, i que también era hijo de cusqueños i que nació en Moquegua en 1943...
En fin, grato recordarlo esperando el CD que ha prometido el Ministerio Desconcentrado (?) de Cultura de esta nación quechua. Así podré reeditar mi intensa vivencia de anoche.
Un abrazo i "pecadores, convertíos... es tiempo de reflexión i enmienda".
Un abrazo.
ARA